miércoles, 17 de marzo de 2010

La desilución

I

No se si en algún momento me amaste,
Tu tienes la certeza que siempre te amé,
Como solo yo se hacerlo,
con el corazón abierto,
sin medidas, sin control,
de la manera mas pura, con inocencia,
con pasión, con dolor.

Ay corazón valiente, como te duelen las llagas,
las heridas del acto terrible de amar,
las heridas de la indiferencia,
esas heridas que crecen a diario con su silencio

Ay corazón cobarde,
prefieres que te lastimen, porque quieres sentir
no dejas de torturarte, de pensar.
Las almas sensibles buscan almas que nos torturen
para por lo menos sentir.

Este corazón herido mortalmente,
no encuentra razón de vivir,
este corazón dolido no te olvida,
este corazón que dejaste morir,
este corazón que clama en llanto tu presencia

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