miércoles, 17 de marzo de 2010

Historia


· ¿Cómo pude haber criado este engendro? .- Me gritó histérica mientras me echaba de su departamento.
· ¿Engendro? No mamá, no vas a lograr que yo me sienta así. Siempre me has hecho sentir mal por todo, pero por primera vez siento que no soy el error, tu nunca has sabido ser una madre, nunca lo fuiste, yo solo fui un estorbo para ti y tus planes!!!!.- le grité igual de histérica, por todos estos años de maltrato e indiferencia, por la humillación, por la hipocresía, por la falta de sensibilidad, le gritaba por rabia, rabia de saber que ella era mi mamá.


Nací hace 20 años, un día soleado de verano, soy una de esas miles de personas que se engendraron por la simple casualidad, que no los abortaron por suerte, pero que vinieron a este mundo sin quererlo y sin saber lo que les esperaba.


A mamá a los 18 años le dieron la peor noticia que recibió en su vida…. estaba embarazada. Papá quiso casarse de inmediato, pero ella que amaba su libertad no quiso, quería abortarme, pero el no lo permitió, porque yo era el fruto del inmenso amor que le tenía, para mamá yo ya desde ese momento era un estorbo. Mamá siempre menospreció a mi padre, era muy tranquilo para su gusto, muy caballero, además ella no tenía planeado casarse y menos con papá. Cómo lo extraño, murió cuando tenía 10 años, fui muy feliz viviendo con él hasta el horrible día de su partida. Murió de un infarto, fue un increíble padre, triste y melancólico por mamá. Cuando murió me mudé con mamá, mi abuela paterna quería que me quedara a vivir con ella, pero cuando mamá supo que tenía beneficio de una pensión mensual, no lo pensó dos veces y me acogió en su casa. Debo de confesar que pensé que mamá realmente me quería a su lado, en los 10 años que viví con papá la veía 1 vez por semana y siempre pensé que me quería, los días que salíamos la pasábamos muy bien juntas. Papá y yo vivíamos enamorados de ella, era perfecta para los dos, el cultivó un gran amor en mi por ella, ella jamás lo hizo, si algún día la amé se lo debe a papá. Mi padre la amó siempre, hasta el último día de su vida, siempre supo lo que era, pero jamás lo confesó, no se si por vergüenza o por el amor que le tuvo............. papá, extraño la calidez de su voz ronca, con el me sentía tan protegida, tan amada, lo extraño tanto, lo amo tanto, es el único hombre que realmente amé.


Vivir con mamá fue un infierno desde el principio, jamás se ocupaba de mí, nunca tuvo tiempo para conversar o compartir conmigo, siempre fui un estorbo para ella, desde que nací, recién comprendí porque viví con papá, el siempre me dijo que mamá estaba confundida, que me amaba pero que era muy inmadura para criarme y me la creí, era tan inocente, tan confiada. Ella vivía sola en un departamento lindo, jamás me faltó nada material, no me puedo quejar, claro que la pensión que me dejó papá era muy buena. Ella es una mujer sumamente atractiva, ojos marrones intensos, una mirada que mataba ( palabras textuales de mi padre), cabello claro rizado, tez morena, un cuerpaso envidiable, muy sensual. Ella trabajaba de noche en un Casino, siempre dijo que era la asistente del administrador, aunque nunca quería hablar sobre ello, cada vez que le preguntaba evadía la pregunta o me gritaba que no me interesaba, bueno la verdad es que hay momentos en los que uno se aferra a una mentira para no conocer la cruda realidad, pero en una discusión que tuvimos, cuando salí del colegio, esa verdad que no quería ver, se mostró tal cual ante mis ojos. Yo quería estudiar comunicaciones, me encanta escribir, desde muy chica quería ser periodista, era mi sueño y mamá no lo iba a impedir, ella quería que estudiara algo más remunerativo, discutimos horrible, siempre que podía me trataba mal, para ella yo nunca hacía bien las cosas, pero cada vez que hablaba tonterías acerca de mi padre yo me enfurecía, siempre le llegó que lo tuviera en un altar, empezó a decirme que era una engreída por el bueno para nada de papá, maldijo el día que él murió, me dijo que ella vivia feliz sin mí, que le compliqué su vida, yo no aguanté y le grité por primera vez lo que tenía guardado con respecto a su vida “ Sabes mamá tu hablas como si merecieras respeto, y cuando hables de papá lávate primero la boca, nunca entenderé porque vivía enamorado de tí, tu que eres una ...., no se mamá, no te quiero ofender, lo mereces pero no lo voy a hacer, la verdad es que ese trabajo que tienes es un tanto raro, dime a ver en que es lo que haces exactamente en el casino? y me lo dijo sin tapujos me dijo que era una “Dama de compañía”, en pocas palabras una prostituta pero de clase A 1. Desde ese día el poco respeto que le tenía lo perdió, no le dije nada, me encerré en mi cuarto a llorar, ahora la entendía menos, por qué escoger ese camino, dejar a un hombre increíble como mi padre y terminar así?. Saber el oficio de mi madre marcó de una manera impresionante mi vida, me volví una rebelde, me llegaban todos, lo único que quería en ese momento era salir de esa casa, y la única manera era estudiando, le pedí a mi abuela que me pagara la universidad, ella aceptó, como aceptaba todos mis caprichos. Para mí tener dinero era vital, así que mi mama se volvió mi banco, total para algo debía de servir que vendiera su cuerpo, dejé de hacerle caso, a ella le llegaba yo, no me controlaba, así que nos ignorábamos, desde ese momento la poca comunicación que teníamos se perdió, pero la verdad es que la libertad que tenía era tan grande que no hubiese podido vivir con la abuela, aunque ella lo quería.


En la universidad paraba con la gente de artes, era mi grupo, me liberaba de toda la carga que tenía, mi escape, claro que también influían las encerronas, los bates, las alucinadas, ese era mi mundo, pasaba con las justas los cursos, hacía lo posible para que no me jalaran, estuve a punto de biquear Mate, pero igual seguía en ese mundo, necesitaba olvidar lo infeliz que era, lo vacía y sola que me encontraba, y todo lo que encontré en ellos era perfecto para escaparme de una realidad que me dolía profundamente. Cuando mamá salía los fines de semana con sus “clientes” las encerronas eran en la casa, tremendas juergas que armábamos. En una de esas conocí a Jota, era de artes, uno de los mejores artistas plásticos de la facultad, respetado y admirado, cabello largo, de rulos, barbón, cuando fumaba hierba era lo máximo, el me enseñó a fumar y desde ese día nos volvimos inseparables. Tenía 20 años y yo 18, pasamos meses increíbles, el fumar se volvió un hábito constante, del que me apartaba solo cuando tenía prácticas o exámenes. Las chicas me envidiaban, estaba con el cuero de su facultad, con el más conocido, yo estaba feliz, éramos la pareja ideal, felices, hasta la primera vez que lo hicimos. Fue en la casa de playa de una pastrulita amiga de él, ese día estaba muy loca, habíamos consumido desde la mañana y eran como las 10 de la noche, mi estado no era para nada el ideal, borracha y drogada, me gustaba estar así para no pensar. Subimos al cuarto de ella, y nos desvestimos locasos, la verdad es que no sé como pasó, solo se que fue muy rápido, estaba experimentando por primera vez tantas cosas, yo era virgen y Jota era el primer enamorado serio, los anteriores eran esos enamorados tranquilos, ademas nunca había sentido la necesidad de experimentar o avanzar muy rápido en cuestión del sexo, Jota sabía que era virgen y si bien algunas veces habíamos tenido unos agarres muy apasionados, jamás hasta ese día había querido hacer algo mas, para mi todo era desconocido, estaba loca y quería hacerlo, pero que decepción, fue tan fugaz, no sentí nada, el se sintió super incómodo, me explicó que cuando estaba fumado no podía hacerlo, pero yo me sentí muy mal. Empecé a dudar de mi sexualidad, yo había tenido amigas muy cercanas a las que quería mucho y me sentía atraída por ellas, siempre quise ocultarlo, pero ese día los temores regresaron, el no sentir placer, el no sentir nada me enloqueció y ese fue el punto de partida para el final de nuestra relación. Pensaba que quizá no sentía nada porque era lesbiana, me torturaban esos pensamientos. Lo hicimos muchas veces, pero yo jamás sentía placer, nunca sentí un orgasmo con Jota, él era un tremendo egoísta, y yo jamás le dije nada, se murió la ilusión que sentía en algún momento de la relación, me daba asco hasta besarlo, jamás besó bien, estaba con él porque no quería sentirme sola, era mi refugio, además cuando nos stoneabamos la pasábamos mostro, pero nada más. No entendía a la gente que gozaba tanto haciendo el amor, mis amigas me hablaban de lo bravazo que lo hacían con sus novios, para mí era algo horrible y jamás lo hablé porque no quería parecer extraña, no quería que ellas siquera sospecharan que a mi me gustaban las chicas, hubiese sido horrible.


En una de las tantas fiestas de artes, la conocí. Yo seguía con Jota mas por costumbre que por otra cosa. Tenía 19 años y ella 21 cuando me la presentaron y cuando besé su mejilla, ese único y pequeño contacto con su piel, hizo vibrar mi cuerpo. Me contaron que ella era una loquita europea, “muy moderna”, le gustaban las chicas, y no tenia miedo ni vergüenza aceptarlo abiertamente, no le tenía miedo a nada, desde ese día procuré frecuentarla más, su seguridad, su manera de ser me impactó, yo no creía en el amor a primera vista, y aunque en ese momento quería estar a su lado solo por su rebeldía, la realidad es que supe que tenía que estar con ella desde que la ví. Estudiaba sicología y nos hicimos amigas poco a poco. Nuria me buscaba igual que yo a ella, era una necesidad mutua, congeniamos desde el principio, ella se sentía bien a mi lado, siempre me dijo que era una de las pocas chicas que había conocido acá que no se espantaban cuando conocían a una lesbiana.


Pasaron meses antes de terminar con Jota porque su presencia me incomodaba a mas no poder, era un fastidio, cada vez que lo hacíamos me sentía sucia, patética y muy mal. Nuria me encantaba y él lo notaba, claro que cuando terminamos, el tremendo maricón comenzó a decir a toda la gente que entre Nuria y yo pasaba “algo extraño”, y no se alejó de la realidad. Ese día en la noche Nuria iba a ir a la casa, nos encantaba escuchar música y conversar de todo, era tan interesante, nos quedábamos horas tiradas en la sala, y cuando nos provocaba un porrito lo prendíamos, ese día nos provocó y prendimos uno, le conté que había terminado con Jota porque no sentía nada por él, sus ojos se iluminaron, brillaban de una manera increíble, que mirada, nos quedamos viendo largo rato y terminamos besándonos, fue el mejor de los besos que había recibido hasta ese momento. Me miró sorprendida por mi reacción, ella no sabía como iba a reaccionar, pensó que lo iba a evitar pero no, no quería ni podía hacerlo, necesitaba sentirla a mi lado, besándome y no nos pudimos contener, nos dejamos llevar por los sentidos, por el efecto quiza de la hierba y terminamos haciendo el amor, la amé con el alma, por primera vez hacía verdaderamente el amor, era increíble sentir toda esa pasión que ardía desde mi vientre hacia todas partes de mi cuerpo, me hacía explotar, ella, desde ese momento formaba parte de mi cuerpo como yo del suyo. Nos amamos toda la noche, mi mamá estaba de viaje de fin de semana con uno de sus clientes estrellas. Nunca había disfrutado tanto la ausencia de mamá, desde ese momento era una fiesta constante para Nuria y para mí los fines de semana de viaje o las noches que ella trabajaba. Jamás sospechó nada de nuestra relación, y era un gran beneficio para nosotras, nos desconectamos del mundo, éramos solo las dos, no necesitamos de nadie más, salíamos con amigas del pequeño círculo de lesbianas que ella conocía, para mí era un mundo desconocido pero que a su lado se convirtió en mi mundo. La verdad es que prefería estar sola con Nuria, me sentía juzgada por las miradas de los demás, no me gustaba que la gente nos vea frecuentándolas, mis miedos, mis malditos miedos, que al agarrar la mano de Nuria desaparecían o los ocultaba, la amaba y era lo único que realmente me interesaba.


Nuria siempre supo que era lesbiana, desde muy pequeña le gustaron las mujeres, nunca ha tenido novio ni ha tenido intimidad con un hombre, no le atraen en lo mas mínimo, ni siquiera quiere experimentarlo. A los 16 tuvo su primera pareja en España, su país, donde nació y se crió hasta que a su padre lo enviaron aquí. Para ella fue un alivio dejar España porque había terminado con su ex hacia unos cuantos meses antes de venir. Quedó muy mal después de terminar con ella, era mayor y no la quería, solo era una relación simple, pero Nuria se había enamorado, de eso hace 4 años, y no tenía pareja estable desde ese momento. Lo nuestro surgió porque el destino lo tenía escrito, nos sentimos atraídas desde que nos conocimos, y poco a poco surgió todo éste amor, porque aunque suene extraño, nos amamos, somos dos mujeres que se aman, amo a una mujer, y no interesa lo extraño que suene, amo su forma de ser, su entereza, su seguridad, la manera de expresar libremente y sin vergüenzas sus sentimientos, simplemente la amo. Su acento español me encanta, me habla y yo pierdo la total voluntad. Ella sabe que allá en Europa es mucho más fácil admitir y ser feliz siendo homosexual, la idiosincracia sudamericana siempre le molestó, el machismo predomina tanto en nuestro país que hasta las mujeres terminamos siendo machistas. Le fastidia mucho que yo no admita en público lo nuestro, le molesta pero me comprende, como ella dice; “ la gente me llega al coño, solo me importa que estés a mi lado, nada más”


Nuria vive con sus papás, su papá es funcionario en una empresa de comunicaciones. Para él fue muy difícil aceptar la opción sexual de Nuria, pero la mamá, que es una madre con todas sus letras, la ha apoyado desde un principio y ha logrado que el papá la entienda y la acepte. Cuando me los presentó, me presentó como su pareja, fue una situación extraña, yo medio me avergoncé, pero con la amabilidad y el cariño que me trataron, me quitaron los complejos y me hicieron sentir como en casa, perdón mejor que en casa. Desde ese momento se instauró el almuerzo dominical, yo me sentía como cuando vivía con papá, sentía que tenía una familia.


Antes que mi mamá se enterara de mi relación con Nuria y me echara, yo ya estaba alistando mis cosas para irme de la casa. El papá de Nuria me consiguió un trabajo en la empresa donde trabaja, y me pagan muy bien, lo que me permite poder tener un departamento, además Nuria y yo necesitábamos nuestro espacio, cada día se hacía mas fuerte nuestra relación, aunque ella no entendía porque no le contaba a mamá de lo nuestro, hasta que comprendió lo histérica que podía ser mamá. Mamá nos encontró juntas haciendo el amor en mi cuarto, se suponía que esa noche mi mamá tenía un cliente muy importante y se iba a tomar toda la noche, pero llegó temprano y para ella fue un tremendo shock, sé que si me hubiera encontrado con Jota no hubiera hecho el lío que hizo, ni me hubiese botado de casa, pero imagino la tremenda impresión que se llevó. Nos gritó horrible, ofendiéndonos de todas las maneras posibles, Nuria y yo nos vestimos, cogimos nuestras cosas y nos fuimos.


Hoy vine a recoger mis cosas, todo ya estaba listo solo para mudarme, ya tengo departamento alquilado, queda cerca del trabajo. Pensé que mamá no iba a estar pero me equivoqué por completo. Este fin de semana no iba a viajar y cuando llegué empezó a recriminarme y a insultarme, y cuando me dijo engendro me enfureció tanto, no sé con que moral puede decirme todo esto, ella era una puta. Jamás pensé que se lo iba a decir, pero era el momento, jamás me metí en su vida por qué ella tendría que hacerlo en la mía?, le dije que era una puta , que me dolía saber que mi mamá era una puta, que siempre fuí un estorbo, que no entendía porque había decidido vender su cuerpo, que no entendía porque no me quería, que así como ella no quería saber de mi, yo ya no quería saber de ella. Desde ese día nos matamos con las palabras, para ella yo había muerto, para mí ella murió hace muchos años atrás.


Vivir sola no fue una nueva experiencia para mi, había vivido sola desde que papá murió, mamá jamás fue compañía alguna, nunca estuvo a mi lado, así que definitivamente no era algo extraño. Nuria se mudó conmigo, al principio todo marchaba bien, pero como todo, nuestra relación se complicó, pero en fin la vida está llena de complicaciones y el amor a veces lo es. La relación se tornó mas seria, ella esperaba que yo la asumiera con mas valentía quizá, pero la verdad es que me sentía muy mal. Si bien al principio solo necesitaba de su presencia, poco a poco fui necesitando a mis amigos, los cuales me abandonaron de a pocos porque no aceptaban mi opción de vida. No sabría decir si es que los entendía o no, solo que me estaba quedando sola, pero cuando realmente exploté fue cuando un día al querer ir a ver a mi abuela ésta no quiso verme, mamá le había contado todo muy a su manera, quedando ella como víctima, me dejó muy en claro que no quería saber de mi, que todos los meses me iba a depositar en una cuenta el dinero de la universidad , que lo iba a hacer solo por mi padre, y me pidió por favor que evitara llamarla, en fin que la dejara en paz. En ese momento me sentí increíblemente sola, Nuria trató de consolarme, sabía que me amaba pero no me bastaba, no tenía claro si había valido la pena tanta pérdida, solo por amor, el amor se volvió la mas grande complicación. Me volví muy fría con Nuria, si bien ella trataba de entenderme se moría de miedo, sabía que yo en cualquier momento daba punto final a esta historia, y juro que yo la amaba pero estaba tremendamente confundida. El miedo de Nuria y mi frialdad terminaron por separarnos cuando terminé la Universidad. Ella decidió irse a España para olvidar, se que lo que quería era que la detuviera pero no tenía ni fuerzas ni ganas, estaba muy desgastada anímicamente, sentía que no podía luchar, que lo mejor era dejarla ir, le hacía mucho daño y ella no lo merecía, ella merecía a alguien que la amara sin complejos, sin miedos, sin culpas, yo no le podía dar aquello, lo mejor era dejarla ir.


Nuria se marchó un frío invierno, uno de los mas fríos de mi vida. Se marchó sin despedirse, sabía que si lo hacía no hubiese podido irse y quizá yo no lo hubiera permitido. Ese invierno (o infierno no lo sé) no solo se llevó al amor de mi vida, mi abuela murió. Ella estaba grave, yo no sabía nada hasta el día que llamó. En ese momento fue una llamada muy grata, quería que vaya a verla a la casa. Me mantuvieron alejada de esta casa mucho tiempo, esta casa que guarda los mejores recuerdos, aquí di mis primeros pasos, fue testigo de mis primeros llantos y mis primeras alegrías, esta casa que me costó tanto dejar cuando me tuve que ir donde mamá, esta casa que extraño siempre. Cuando llegué, la abuela ya no podía salir de su cuarto, estaba echada muy mal, el maldito cáncer la había consumido totalmente. La abuela me confesó que uno de los motivos por el que no quería verme era para que yo guardara en mi mente a la abuela que siempre fue, quería evitarme el dolor de verla sufrir, que le había chocado que yo fuera lesbiana, pero que me adoraba y yo siempre iba a ser su nieta adorada, que no me comprendía , pero la distancia y el tiempo la habían hecho reflexionar, me necesitaba a su lado, “ Ay hijita en mis tiempos se les decía machona y no quiero que tu te sientas mal, te adoro hijita siempre te voy a querer, nunca te olvides que te amo, eres lo mejor de mis últimos años, estoy orgullosa de ti, terminaste una carrera que te encantaba, luchaste por tus metas y la estás cumpliendo. Eres tan valiente, mírate estás defiendo tu amor, hijita si amas a esa muchachita, es tu vida, no dejes que nadie te haga dudar, además esa españolita es muy buena, se nota que te quiere, no la pierdas y lo mas importante no te pierdas tu, sigue tu camino, la gente siempre te va a poner peros de todo, no dejes que interfieran con tu vida, siempre se esa tierna y hermosa niña que me llenó de amor hasta mis últimos días” eso fue lo que dijo, quizá sus últimas palabras coherentes. Murió una fría mañana de agosto, tomada de mi mano y en su cama, con una sonrisa en su rostro. Recién pude comprender lo tonta que había sido, dejé ir a Nuria por sentirme sola, pero ahora comprendo que realmente estoy sola. Los papás de Nuria fueron los únicos que fueron al velorio y me acompañaron en el entierro, les pedí que no le dijeran nada a Nuria, yo iba a hablar con ella, en algún momento no ahora, tenía que poner en orden mis sentimientos y mis pensamientos, en realidad no sabía que hacer. Siento que mi vida está a la deriva, me encuentro en un camino desconocido, sola, tremendamente sola, no tengo a mi lado a esa persona que aunque no tuviese rumbo fijo, caminaba a mi lado.


Estoy en el avión rumbo a España, no se si Nuria querrá regresar conmigo, lo único que sé es que necesito saber de ella. Me armé de valor cogí las maletas, compré mi boleto y ahora estoy rumbo a España. Antes de irme llamé a la mamá de Nuria, necesitaba digamos la aprobación de ella, creo que fue la que mas me animó, sabía que su hija estaba sufriendo por la distancia y por mi culpa, la señora sabía que yo amaba a su hija, pero que tenía miles de cosas que poner en claro. Ella me llevó al aeropuerto, creo que en este tiempo que nos conocemos ha sido como una madre, porque es lo mas cercano que he tenido, las dos estábamos tan ilusionadas, era tan raro sentirse apoyada por la mamá de tu novia, ella siempre nos vió como personas, no nos catalogó, éramos simplemente una pareja que se amaba. Al bajar del avión en un país que no conocía me llenó de angustia, cuando estaba saliendo del aeropuerto con mis maletas, me abrazaron por detrás unos brazos finos, unas manos cálidas y sentí un pecho que latía igual al mío, reconocí a la otra parte de mi alma, y en ese momento comprendí que no tenía nada que temer. Nos besamos como hace tiempo no lo hacíamos, no me dio vergüenza hacerlo delante de miles de personas, jamás lo había hecho, pero ya no tenía que temer, estaba al lado de ella, la tenía entre mis brazos para continuar con nuestra historia, en un país extraño para mí, pero que lo sentía tan mío porque todo lo de ella era mío, simplemente éramos una. Nuria había llamado a su mamá como todas las semanas y ella le había comentado que mi abuela había fallecido, quizo viajar a Lima de inmediato, sabía que me encontraba sola, que no tenía a nadie, era evidente que si su mamá no le decía que yo iba para allá ella cojía el primer avión. Nuria estaba tan feliz de verme, esa sonrisa que me encanta, como pude dejar que se fuera de mi lado, estaba loca, jamás nadie me iba a mirar con esa mirada tan limpia y tan llena de amor, jamás nadie me iba a besar como ella lo hacía, jamás con nadie me iba a sentir tan protegida solo con un abrazo, jamás nadie me iba a hacer el amor como lo hicimos ese día y todos los demás días, hasta hoy.


La vida realmente nos trae complicaciones, a veces nos las hacemos nosotros mismos, en determinados momentos pensamos que la mejor salida es simplemente huir de los problemas y alejamos a las personas que realmente nos aman, quizá nunca entienda el proceder de las personas, siempre repetimos patrones de conducta, no queremos enfrentar el dolor de la pérdida y la prolongamos hasta siempre. He perdido a mis seres mas queridos, mi padre, mi abuela y se que la perdida de ellos no la causé yo, hoy no quiero volver a perder a Nuria, vivir sin ella fue lo mas suicida que pude hacer, porque yo lo causé y se que la vida de pareja no es de color de rosas y de por si, yo soy una persona complicada, compleja, llena de defectos y virtudes como ella, pero las dos compartimos nuestras vidas, nuestras experiencias, crecemos juntas. Solo espero que al final de esta historia, completa de capítulos complejos y diversos las dos estemos juntas........ nadie sabe lo que vendrá mañana, solo se que hoy quiero vivir a su lado por siempre, sentirme viva con ella, quizá no podemos ver el futuro, pero estamos construyendo una historia con cimentos fuertes y profundos........ nos llevamos tatuadas en el alma con tinta indeleble, con surcos profundos de amor.........

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